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Alejandro Serrano


Alejandro Serrano

martes, 23 de febrero de 2016

Indicadores y objetivos.... ¡Malditos números!





- ¡Malditos indicadores!

Así entraba mi compañero, jefe de mantenimiento de la sección, en mi oficina.

- ¿Qué sucede?

Y me pone al día...

Trimestralmente tiene que reportar la disponibilidad de la maquinaria (uptime pero yo soy una de las personas que utiliza el menor número de términos anglosajones y a cada "palabro" le busco su equivalencia en castellano). El principal para mantenimiento era el tiempo en que las máquinas estaban disponibles. O sea, tiempo de funcionamiento menos tiempo de avería. Estaban superando porcentajes de 99 con algo por ciento y, con tanto de mejora continua, los objetivos seguían siendo ambiciosos y superarlo se veía tarea de titanes.

Visto el panorama, le invito a verlo juntos esa tarde. Que traiga un listado de averías y la información que considere relevante y a ver a qué conclusiones llegamos.


Llega la tarde, nos juntamos, me trae los listados y el panorama era desolador. Me saca el listado de averías de cada una de las máquinas del último mes. Era difícil encontrar un patrón.
Si se aplicaba un diagrama de Pareto y cogíamos el Top5, solucionar definitivamente esas cinco requería una inversión desmesurada que no se compensaba ni de lejos. Otra cosa era que quizá en reformas que se hicieran o en futuras modificaciones o adquisiciones se contemplase eso que le llaman mantenimiento de ingeniería o de diseño (en palabras simples: lecciones aprendidas y que ciertos componentes que han dado problemas sean robustos desde el minuto cero).

Le sigo dando vueltas, voy a Top10 y no encuentro nada.

La situación de mi compañero, jefe de mantenimiento, era complicada. Tenía que presentar un plan para mejorar la disponibilidad de máquinas por ausencia de averías. A base de mejoras continuas y continuas cada vez lo tenía más difícil y los números no ayudaban. No encontraba ningún patrón. Las que tenían mayor impacto requerían una inversión que cualquiera, en su sano juicio, diría que le prendiesen fuego a los indicadores pero que no se gastaba una pasta en arreglar eso solo por mejorar un número.
Si nos centrábamos en los siguientes, sí... oportunidades había pero difícil solución de cara a números. O sea... se podría centrar en alguna de ellas pero la mejora percibida sería mínima.


Vale, había que seguir investigando.

Le pido ampliar al Top25 y que me cite, no la causa de la avería sino una descripción de cada una de ellas para agrupar por familias.

Agrupando por familias encontré que la pérdida de aceite era uno de los problemas.
Tan solo una de ellas estaba en el Top10 pero había cinco casos en el Top25, se podía solucionar fácil, era barato y todo sumaba.

¿Qué sucedía?. Los mecánicos tenían unas pautas de mantenimiento en las que incluía engrasar. ¿Cuál era el nivel de aceite de la máquina?. No se sabía. Solo se sabían las recomendaciones de los fabricantes (y el know-how... que con el tiempo las máquinas piden más o menos aceite) y en función de ello, unas rutinas de mantenimiento que cumplían a rajatabla.

Sin embargo, una pequeña rotura en un manguito de la máquina o cualquier otra anomalía podían generar un consumo mayor de aceite y, por lo tanto, una avería, por mucho que se respetasen las pautas de engrase.


Le pedí que hiciera lo siguiente:

1- Identificar todas las máquinas que se engrasaban (eso ya lo tenía, pero un listado claro y encima de la mesa)
2- Sacar un tubo tipo probeta del mismo donde se visualizase el nivel de aceite de las mismas. En el tubo se indicaría el máximo y el mínimo de aceite permitido.
En otras palabras, que saber si ESA máquina tenía aceite suficiente fuese más fácil que comprobar el nivel de aceite de nuestros coches. Una "fábrica visual" a la enésima potencia
3- Modificar las pautas de TPM de operarios de forma que se indicase comprobar, una vez al turno, que el nivel de aceite era el correcto (que estaba dentro de los parámetros)
4- Modificar las pautas de mantenimiento para que, en lugar de engrases periódicos, fuese en función del nivel de aceite que hubiera (si se había consumido poco en una máquina, por mucho que hubiera pasado una semana, ¿Para qué engrasar?. Si en otra máquina se engrasó hace dos días y se ha perdido aceite, ya tardan en volver a engrasar)

Y por supuesto, un nivel de consigna de aceitado. Cualquier desviación de aceitado estándar (como el caso anterior, tener que aceitar a los dos días si lo normal era una vez semanalmente) fuese considerado un síntoma de que alguna avería había oculta y programar una revisión de la misma para dar con la avería.


Mi compañero, el jefe de mantenimiento, logró plasmar un buen plan de acción al director de fábrica, quien lo pudo reenviar a sus superiores.

El grado de disponibilidad (venga, lo diré en inglés: uptime) de las máquinas mejoró

Mi compañero satisfecho. Y yo, como jefe de producción y usuario de las mismas... aún más


OBJETIVO LOGRADO


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