De las muchas pautas de mantenimiento preventivo voy a contar una que aplicaba a prácticamente todos los puestos de trabajo. Consistía en comprobar que ninguna "manguera" rozaba con el suelo.
Por "manguera" podemos interpretar lo que sea. Un cable eléctrico bastante grande, una toma neumática o incluso una manguera de agua (sí, útil cuando hay que pasar agua destilada de un sitio a otro de forma repetitiva).
Cualquier desgaste podía suponer, desde una perturbación en la producción hasta un fallo de calidad (algunos cables eléctricos enviaban datos que daban la validez a la operación).
Creo que no cabe la duda de que trabajar con una manguera que está rozando sistemáticamente el suelo.
Eran revisadas continuamente. A veces las situaciones de la zona de trabajo podían cambiar y, cuando tienes muchas, la puedes tener delante y no caer en la cuenta de que está rozando.
En muchos casos la opción elegida era la de sujetarlo por encima de las cabezas para que no rozase.
Si hacía falta que tuviera más movilidad se optaba por uno o más compensadores.
Con estas soluciones se llegaba a la mayoría de las soluciones, pero no a todas.
En algunos casos, siempre había alguna postura, algún punto donde acababa rozando de todas formas.
¿Qué hacer en ese caso?
Una segunda "camisa" adicional. Un trozo de plástico bastante duro que la envolviese. Se daba por bueno mientras lo que rozase fuese el suplemento que se había puesto
(y dad por seguro que antes de tendría que cambiar la instalación que desgastar el suplemento que se le había puesto por mucho que estuviera continuamente rozando)
A veces la solución más efectiva es la más barata. No hacía falta más de una manguera o un sistema complejo de compensadores. Seguían trabajando como siempre..... solo que la manguera iba sobreprotegida. Si no mirabas específicamente no te dabas cuenta
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