Para estar en la unidad productiva donde estaba había unos EPIs (equipos de protección individual) obligatorios y otros que eran optativos.
Sin embargo había uno que no constaba pero que la empresa lo ofrecía. Consistía en una chaqueta que era bastante útil en invierno para todo aquel que saliese a fumar en las pausas al exterior o que fuese a los vestuarios.
Realizando labores de trabajo nadie la llevaba puesta. Era demasiado gruesa e incómoda. Le ponían el nombre y la dejaban colgada en unas perchas que había a tal efecto próximas a su puesto de trabajo.
Un invierno el departamento de personal hizo el pedido habitual y me comunicaron las pautas para repartirlas. Correspondía repartir una a cada empleado fijo cada dos años así que me dijeron a cuáles SI correspondía (a los que NO, es que se les había dado el año anterior). Como el pedido tenía alguna de más, estas se repartirían entre el personal eventual según el criterio que había pasado el dpto. de personal (hay que tener en cuenta que quizá al acabar el contrato no volvieran a la fábrica, por ejemplo, simplemente porque se habían colocado en otro sitio). Tuvieron en cuenta el tiempo hasta finalizar el contrato, el número de contratos que tenían, la última vez que se les había dado una y no sé si alguna cosilla más.
Cojo las chaquetas y, según iba la gente yendo por turno de tarde, cuando más tiempo tenía, yo mismo se la daba en mano y me firmaban un recibí para entregar a personal.
Pues bien, llego a un empleado, miembro del comité de empresa.... y me rechaza cortésmente la chaqueta.
Le miro sorprendido. Se trataba de una persona aproximadamente de mi edad, con quien había tenido siempre buena relación y con quien los temas de carácter sindical los habíamos resuelto desde el diálogo y buscando puntos comunes.
Le pregunto cuál es el motivo.
Me lo explica:
que su chaqueta apenas está utilizada aunque tenga dos años. Que está en perfecto estado y que puede aguantar otros dos años más sin problemas. Que prefiere que se le dé a otra persona que no le corresponde según el listado y que lo aproveche esa persona, que él aguanta con la suya sin problemas.
No tuvo inconveniente en firmarme el justificante de que sí había recibido la chaqueta y tuve que consultar con personal cuál sería el siguiente en la lista para dársela a esa persona.
Tanto la persona "agraciada" (la que gracias a este gesto) como mucha parte de la plantilla supieron de este buen gesto de un compañero suyo.
Gestos que contribuyen a generar un buen ambiente laboral, de lo cuál me alegré.
Incluso en los sitios más anónimos y donde tanto se dice "yo aquí vengo a trabajar y el resto me da igual" uno se encuentra gestos como este que honran tanto a algunos.
Bravo por él.
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