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Alejandro Serrano


Alejandro Serrano

lunes, 25 de julio de 2016

Ejemplos de flexibilidad horaria I



En los entornos industriales es cada vez más común trabajar con "flexibilidad horaria". Sí, todos querríamos trabajar a un horario determinado y unos días prefijados pero.... a veces hay que arrimar el hombro y, al igual que algunas profesiones tienen incidencias que marcan el ritmo (por ejemplo en construcción dependen de si llueve o no para hacer alguna obra y en agricultura de cómo ha crecido la cosecha para salir a trabajar antes o después, pudiendo marcar las vacaciones), resulta que como consumidores no compramos por igual todos los días del año. Que habrá unos meses donde compremos más ropa, más alimentación, otros bienes, vacaciones, etc... y eso hace oscilar mucho los pedidos de otras empresas.

Existen empleos estacionales pero, como muchos deseamos, en la mayoría de los casos que se puede, se aboga por empleo indefinido, con los pros y contras que conlleva.

En el sector industrial empieza a ser cada vez más común ver empresas que ponen flexibilidad laboral. No obstante no es excluviso y quería compartir algún ejemplo NO industrial.

En plena crisis, una pequeña tienda de ropa habitualmente contrataba personal de refuerzo para el mes de diciembre, el que más vendía de todo el mes, pero sabía que en febrero y marzo las ventas bajaban muchisimo.

La tienda abría de 10 a 22 de lunes a sábados más algunos festivos de diciembre que cobraban como horas extras. Los empleados trabajaban a turnos mañana y tarde, poniendo el "extra" de las horas en fin de semana y cumpliendo con sus 40 horas semanales.

Vistos los números, el acuerdo al que llegaron fue el siguiente:
Durante el mes de diciembre la plantilla entera trabajaría de abrir a cerrar con una sola hora para comer en el propio centro comercial. La comida iba por cuenta de la empresa (no era mucho económicamente, entre semana sobretodo, los menú del día son baratitos y un buen gesto hacia los trabajadores). Se turnaban para ir a comer en las horas que menos demanda tenían pero estaba la plantilla completa desde las diez de la mañana hasta las diez de la noche. Se turnaban quiénes "abrían" (acudían un cuarto de hora antes) y quiénes "cerraban" (hacían caja, limpieza, orden de todo el género para que al día siguiente estuviera impecable).

Y así de lunes a sábado.... y los domingos que les tocó abrir que fueron bastantes. Vamos, que el día de nochebuena que cerraban antes y en Navidad cerraban por completo, descansaron de lo lindo pero aún quedaba parte de la campaña de navidad y el inicio de rebajas.

Pasó el follón y.... simplemente volvieron a sus turnos habituales. Habían pasado todo el follón metiendo más horas que el reloj en el trabajo y la empresa no había contratado a nadie.

Sin embargo en febrero literalmente sobraba la mitad de la plantilla. La empresa les dio un mes remunerado a la mitad de ella y otro mes a la otra mitad en marzo (y luego sus vacaciones anuales correspondientes, por supuesto). Durante ese mes, algún día, jornadas maratonianas les tocó a los que quedaban pero desde luego era otro ritmo.


¿Es lo deseable?. Desde un punto de vista de organización empresarial, la verdad es que no. Desde un punto de vista de conciliación de vida personal quizá menos aún.

Pero tampoco le era deseable, ni a empresa, ni a trabajadores, tener que contratar gente para un mes y luego presentar un expediente de extinción de empleo durante otro mes. Perdían ambos.

Y mira... si los consumidores somos así, que vamos a comprar antes de navidades y los primeros días de rebajas.... es lo que hay. Algunas compras las planificamos, otras son más "del momento" y las empresas y sus trabajadores se tienen que amoldar a cuando hay trabajo.


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